martes, 15 de junio de 2010

Y todas seremos novias…


Mujeres ¿Cuántas veces hemos soñado con el Cuento de Hadas, el “Felices para Siempre” y el Príncipe Azul? ¿y cuantas veces hemos querido terminar nuestros cuentos con la Gran Fiesta, llamada Boda? Queremos creer que después de encontrar al Señor Perfecto, todo estará bien, y la vida estará solucionada, y aunque nos neguemos y digamos que nunca nos vamos a casar, en el fondo, eso es lo que todas soñamos.

Aunque suene cursi, en especial en una época donde se divorcian la misma cantidad de personas que creen que si comen mientras beben se curan menos, toda mujer tiene una pequeña niña en su interior que quiere creer en los que Disney nos plantea en cada una de sus películas; el amor existe. Y si existe, todas estamos destinadas a encontrar al nuestra media naranja, la pata que falta de la silla, el ying de nuestro yang, el “Luco” del “Barros Lucos”, la aceituna del Martini seco, etc, etc, etc…

Pero la dura realidad, que le encanta darnos en las narices, nos dice que no todo termina con los créditos, la música de novela y “El Fin” escrito en el cielo. No, no, no, la realidad nos dice; “El amor no es fácil, y por eso vale la pena”.

Pensemos un minuto, después del matrimonio, ¿qué ocurre que lleva a dos personas que se amaban al desquicio? ¿qué provoca que un amor que prometía ser tan fuerte que soportaría tempestades se disuelva? La verdad creo tener una respuesta a ello; las parejas caen en la rutina, no tiene “La Gotita” [que lo que pega no lo despega] en su vida, creen que teniendo hijo ese vacío que se crea se borra. No seamos ciegos, no se pueden traer hijos al mundo cuando hay un problema que no se quiere enfrentar, nadie quiere apostar por el matrimonio porque cuesta querer dar todo de uno, en especial en un mundo donde todos son tan superficiales y miedosos, llenos de inseguridades.

Las personas de hoy son tan profundas como charco de agua después de lluvia en verano en el desierto de Atacama, no tiene sustancia, no tiene profundidad, y eso lleva a que matrimonio fracase. ¿Eso es lo que queremos para el futuro de nuestros sucesores?

Mi intención no es desmotivar el Sacramento del Matrimonio, sino que replantarlo, recordar porque las mujeres soñamos con ello –tanto que algunas llevan en vestido bajo las medias-. Acordémonos de las épocas donde el marido y la mujer podían tener conversaciones por horas, salían de paseo a la plaza, iban al café de siempre donde se sentaban en la misma mesa y eran pololos otra vez, donde los hijos admiraban a sus papás por la seguridad que entregaban, como una base sólida para construir proyectos, aún con el miedo de fracasar, pero la seguridad de que alguien te apoyaba.

Volvamos a los clásico de siempre, llevemos los cuentos a la realidad, riámonos de ella. No hay que tenerle miedo al compromiso, ya que si se hace con el corazón, y se trabaja día a día en este, nunca estaremos solas, tendremos un compañero de por vida, un mejor amigo, un amante, un confidente. Y al mismo tiempo, él tendrá lo mismo, en una acción recíproca e infinita.

Llámenme cartucha, soñadora, loca, digan lo que digan creo que todos los matrimonios deben ENCHUFARSE entre ellos, darse un día para el pololeo, una semana para acordarse de que se aman, debe hablar, y nosotras debemos ceder un poco más con los hombres, si ellos también son inseguros, por eso le temen al compromiso.

Creer en Disney y las películas es fácil, seguir la historia, es el desafío de verdad, y eso le da sentido a la vida…

Buenas Lecturas!

Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona. Mignon McLaughlin

http://www.aciprensa.com/Familia/matricate.htm (opinión de la Iglesia)

http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=6&page=2 (Frases que motivan el matrimnio)

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